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Venezolanos en Perú buscan retornar tras anuncio de Maduro

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Más de 300 venezolanos formaban fila el martes en la embajada de su país en Lima para iniciar los trámites para retornar a Caracas luego de que el presidente Nicolás Maduro ordenara la apertura de un puente aéreo.

Hombres y mujeres con sus pequeños hijos y algunos ancianos rodeaban la sede diplomática esperando que los funcionarios venezolanos los llamaran para inscribirse en el plan y lograr un cupo en un vuelo de regreso a su país. La semana pasada un primer grupo de 89 venezolanos que se habían establecido en Perú regresó a su país en un vuelo financiado por el gobierno de Venezuela.

Frente a la embajada de Venezuela en el norte de Quito, Ecuador, apenas había dos personas que se negaron a comentar sobre su situación. A lo largo del día apenas acudieron unas 15 por información. Esa embajada espera que entre Quito y Guayaquil sumen unos 100 venezolanos para ser repatriados.

En la capital ecuatoriana, once países de la región –Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay– suscribieron una declaración en la que reiteran su preocupación por “el grave deterioro de la situación interna que provoca la migración masiva de venezolanos”.

Convocaron a la apertura de un mecanismo de asistencia humanitaria que permita “descomprimir la crítica situación, brindando atención inmediata” para los venezolanos, para lo cual solicitaron más recursos a organismos internacionales y que el gobierno de ese país suministre documentos de identidad porque su reiterada carencia atenta contra la libre movilidad.

Además, la Organización de Estados Americanos fijó para el miércoles una sesión extraordinaria para abordar el tema en Washington.

Más de 2,3 millones de personas, un 7% de la población total de Venezuela, han dejado el país en los últimos tres años de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. La mayoría se ha refugiado en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

El ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, anunció que el miércoles partirá de Ecuador un vuelo que llevará a Caracas a un grupo de migrantes venezolanos que de manera voluntaria decidió repatriarse. Para el sábado se espera la salida de otro vuelo desde Lima con otro grupo de compatriotas que se “hartaron de la explotación, que se hartaron del trabajo de esclavos, que se hartaron de la xenofobia”.

Rodríguez precisó que Maduro ordenó la apertura de un puente aéreo con Perú para programar otro vuelo de migrantes para la próxima semana. Asimismo, informó que para el lunes se espera el envío de un vuelo a Argentina.

Armando Salazar, de 50 años y del estado de Carabobo, comentó a The Associated Press que llegó en enero y trabajó varios meses limpiando los pisos de una empresa pesquera en el mayor puerto peruano. Sin embargo, el último mes “como se acabó el empleo” decidió vender botellas con agua en las vías principales de Lima. Dormía en un cuarto con otros cinco venezolanos que se quedarán en Perú, pero él prefiere regresar porque “las cosas también están difíciles aquí”, dijo.

Perú tiene una tasa de informalidad laboral mayor al 70%, de acuerdo con cifras oficiales, y según sondeos de la Organización Internacional para las Migraciones, el 85% de los venezolanos que emigraron al país trabaja en condiciones informales.

Roxana Velásquez, de 50 años, llegó hace un mes en busca de su hija, que está internada en un hospital psiquiátrico en Lima. La mujer, que durmió las tres últimas noches en las afueras de la embajada, relató que su hija se deprimió profundamente por no encontrar trabajo en Lima tras llegar a inicios de año luego de separarse de su esposo. “Prefiero cuidarla allá en Tucupita, mi ciudad”, dijo la mujer.

A pocos metros de la embajada, el venezolano Armando Moncada, que trabaja como entrenador de la selección peruana de triatlón, aseguró que no regresará. Josué Hidalgo, un ex cadete de la escuela de Aviación Militar Bolivariana, añadió mientras vendía café caliente que “puedo juntar unas cuantas monedas para comer aquí. Allá ni siquiera eso se puede”.

Venezuela enfrenta una compleja crisis económica y social agravada por una hiperinflación, la escasez de bienes y una severa recesión económica que se ha extendido por casi cinco años.

Para hacer frente a la crisis, Maduro inició el mes pasado un plan económico que implicó una reconversión monetaria, un aumento del salario mínimo en más de 3.000%, un incremento del Impuesto al Valor Agregado y un ajuste de los precios de la gasolina.

LIMA (AP) —

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