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Trump prepara una traca final de indultos en sus últimas horas en la Casa Blanca

La entrada al ala oeste de la Casa Blanca, donde está el Despacho Oval, LEIGH VOGEL / POOL / EFE

Nueva York .-El presidente Donald Trump ultima una nueva batería de indultos que tiene previsto anunciar este martes, su último día en la Casa Blanca, según fuentes cercanas al republicano citadas por varios medios estadounidenses, y que recogen los pormenores de una reunión celebrada el domingo en la residencia presidencial para redactar la lista definitiva. Según la cadena de televisión CNN, el presidente saliente, que ya ha perdonado a varias personas de su entorno en los últimos meses, tenía pensado espaciar los anuncios de sus últimas medidas de gracia, pero el asalto al Capitolio le habría obligado a concentrar todos los indultos y conmutaciones de penas, alrededor de un centenar en total, en el mismo lote. Entre los beneficiados por la clemencia figuran varios “delincuentes de cuello blanco” y conocidos raperos, según la misma fuente.

No parece que en el paquete de agraciados vaya a figurar el propio Trump, como él mismo había dejado caer en las últimas semanas en uno de sus habituales globos sonda. De autoindultarse, había subrayado el republicano, lo haría a modo preventivo, para evitar procesos una vez devuelto a su condición de ciudadano. Pero la potencia de fuego del impeachment aprobado la semana pasada por el Congreso ―el segundo juicio político que afronta― ha dejado momentáneamente en el aire la tramitación de otras causas, así como su propio perdón.

En el supuesto autoindulto presidencial figurarían también otros miembros de su familia, entre ellos su hija Ivanka y su yerno y asesor, Jared Kushner, muy activo en política exterior, así como su abogado personal, Rudy Giuliani. Sus asesores no creen sin embargo que dé el paso, porque implicaría la asunción de una culpabilidad manifiesta. Si Trump hace caso a sus consejeros y asesores, del lote de indultos que presentará probablemente este martes quedarán fuera individuos que participaron en el asalto del Capitolio el pasado 6 de enero, durante la sesión de confirmación de la victoria electoral de Joe Biden.

A su vez, el diario The New York Times apunta la posibilidad de que el republicano estuviera mercadeando o negociando con los beneficiarios del perdón, que habrían entregado decenas de miles de dólares ―si no más― a sus colaboradores como un modo de garantizarse una opción al indulto. El diario basa su información en entrevistas y documentos con al menos tres docenas de lobistas y abogados de presuntos delincuentes, entre ellos el hijo de un antiguo gobernador de Arkansas, el creador de un supermercado online de drogas o un representante de la alta sociedad de Manhattan condenado por fraude.

Ya a primeros de diciembre se supo que la justicia investigaba una supuesta red de sobornos para ablandar la magnanimidad de Trump. Los implicados, ninguno de ellos identificado pues los documentos están clasificados, habrían prometido “contribuciones políticas sustanciales” a cambio de un perdón presidencial o un aplazamiento de las sentencias.

Trump aceleró el ritmo de indultos en las semanas previas a Navidad, cuando perdonó a casi medio centenar de personas en poco más de 24 horas, entre ellas dos condenados en la trama rusa y cuatro contratistas de Blackwater culpables de una matanza de civiles en Bagdad en 2007, además de tres excongresistas republicanos convictos de corrupción. Pero los pesos pesados del macroindulto fueron Paul Manafort, su antiguo jefe de campaña; su amigo y exasesor Roger Stone, condenado a tres años de cárcel por mentir al Congreso en la investigación de la trama rusa, y Charles Kushner, su consuegro, culpable de evasión fiscal y financiación ilegal de la campaña del republicano.

Un mes antes, en noviembre, había perdonado al exconsejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, condenado por mentir dos veces al FBI durante la investigación de la trama rusa. En total, Trump ha indultado a cuatro destacados representantes del escándalo de los presuntos vínculos con Rusia de su campaña de 2016, un proceso que el mandatario saliente siempre ha calificado de “caza de brujas”.

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