Santo Domingo.- El ex senador Adriano Sánchez Roa reveló que el aumento en los costos de producción agropecuarios y agroindustriales elevaron la necesidad crediticia en RD$16.3 mil millones más, incrementando así el déficit financiero total a RD$38.4 mil millones, afectando fundamentalmente a los pequeños y medianos productores del país.
Explicó que en ese mismo sentido ha bajado el área cubierta en la preparación de tierra, semillas y otros materiales de siembra, controles de plagas y enfermedades, agroindustrialización y la comercialización, reduciéndose las siembras agrícolas, pecuarias, apícolas, avícolas, cunícolas, de cazas, acuícolas y de silvicultura
“Al entrar el Covid-19, año 2019, la demanda anual de crédito en el sector agropecuario estaba en RD$74.2 mil millones, de los cuales el Banco Agrícola aportó RD$21,784.0 millones y la banca privada RD$22,262.0 millones, ascendiendo los desembolsos a RD$44,246.0 millones, pero ahora en el 2022, esa demanda total se disparó a alrededor de RD$90 mil millones”, dijo el ex senador.
Sánchez Roa indicó que el déficit de RD$30 mil anual del 2019, subió por causa de las alzas de los costos, llegando ahora a RD$38.4 mil millones, lo que pone los agricultores en manos de los intermediarios agiotistas y provoca una disminución del uso y la calidad de los insumos y mano de obra.
El ex administrador del Banco Agrícola, indicó que es urgente una estrategia económica y financiera que retorne los costos a los mismos niveles como estaban hace 16 meses atrás, pues esta situación se irradia en todas las esferas de la producción, comercialización y los niveles alimenticios de la población dominicana.
Sánchez Roa, al ser entrevistado en el Programa Matinal 5 de Telemicro, agregó que el crédito es imprescindible en el sector agropecuario, puesto que el 76% de los productores dependen del financiamiento público y privado para realizar las explotaciones agropecuarias tradicionales.
Planteó la necesidad de ampliar los servicios esenciales de preparación de suelos, semillas, etc. desde las instituciones públicas agropecuarias a los productores pequeños y medianos, establecer una tasa preferencial del dólar para las importaciones de insumos, y crear un equilibrio de oferta y demanda en los mercados locales.