En la pequeña ciudad alemana de Groß Gerau, no es necesario salir del coche para la detección de coronavirus puesto que el hospital acoge a pacientes de riesgo en el estacionamiento.
El objetivo es realizar las pruebas necesarias mientras la epidemia de COVID-19 avanza tanto en Alemania como en Europa, al mismo tiempo que se reduce el riesgo de contaminación del personal y otros pacientes.
«Circunstancias extraordinarias requieren soluciones extraordinarias», comenta Roxana Sauer, médica jefa de la clínica, a la AFP.
Desde finales de la semana pasada, pacientes que podrían estar infectados -después de una consulta telefónica con su médico de cabecera y las autoridades sanitarias regionales- obtienen una cita para una prueba.
Una vez estacionado en una plaza específica, a pocos metros del edificio, se acerca un médico con un traje de protección, máscara y guantes de látex. Las muestras en la boca o la nariz se toman a través de la ventanilla y luego «el paciente puede volver a casa», explica Erika Raab, directora del hospital.
El laboratorio comunicará los resultados en 24 horas y el paciente será informado por teléfono. «La gente cree que es genial que sea tan fácil y rápido», añade Sauer. «Para los alemanes el coche es el lugar más seguro», bromea Raab.
Otros hospitales alemanes también han puesto en marcha el mismo dispositivo, como ya sucede en Corea del Sur, Estados Unidos y el Reino Unido.
De las 32 pruebas realizadas en este aparcamiento en los primeros días, ninguna dio positivo, el lunes. Sin embargo, la atención telefónica funciona continuamente con cientos de llamadas en pocos días.
Escasas infecciones en la región
El nuevo coronavirus, que apareció por primera vez en China a finales de 2019, también preocupa a los habitantes de esta zona rural al suroeste de Fráncfort, aunque las infecciones siguen siendo escasas en la región.
Se han cerrado varias escuelas y se han cancelado grandes eventos en el país, que ahora cuenta con más de 1.100 casos confirmados y dos primeras muertes relacionadas con la epidemia. Los habitantes también comenzaron a vaciar los estantes de desinfectante, pasta dentífrica y papel higiénico en los supermercados.
Esta semana, una nueva herramienta permitirá la consulta por videoconferencia, especialmente para pacientes en cuarentena en sus hogares, explica Raab.
Además de acoger pruebas, el aparcamiento se convertirá también en una sala de espera donde se controlará la temperatura.
Este sistema ayudará a evitar los encuentros entre pacientes. En el coche, se les informa cuando llega su turno de visita al médico vía un sistema inalámbrico, como en un restaurante. Raad quiere «mostrar a la gente que tomamos en serio sus preocupaciones».
«Ya hemos integrado todas las soluciones fáciles de implementar», explica la gerente, como desinfectante para manos disponible en abundancia y marcas en el suelo en la recepción para respetar la distancia de seguridad.
Raad está convencida de que el sistema de salud alemán puede hacer frente al coronavirus. Disciplina y solidaridad son esenciales para alegrar un día estresante, señala.