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Estas son las 8 cosas que estás haciendo mal por la mañana

Dicen que la forma en que comienzas tu día determina el resto de tu jornada, y esto tiene mucho de cierto. Si tus días suelen ser poco productivos, motivadores y satisfactorios, la rutina que llevas las primeras horas –desde que sacas un pie de la cama hasta que comienzas tus actividades laborales– podría ser la culpable.

¿Haces las siguientes cosas sin darte cuenta? Ten cuidado: tu día entero podría estarse viendo afectado.

  1. Esperar al último minuto para levantarte
    Déjanos adivinar: eres “de esas” personas que apagan su alarma cinco veces, y sólo se levantan cuando ya no tienen más remedio. Obviamente, de mal humor. Esta actitud te predispone a comenzar el día de manera negativa. ¿Y si mejor te duermes un poco antes, te despiertas más temprano y aprovechas mejor el día?

2.    Revisar tu celular tan pronto despiertas
Si lo primero que haces al abrir los ojos es revisar tu celular, podrías estar boicoteando el resto de tu día. La mejor forma de comenzar el día es despertar con calma, disfrutar tu mañana y, poco a poco, entrar en el “mood” de trabajo. ¡Ya tendrás tiempo para revisar correos y contestar mensajes!

3.    Desayunar deprisa
El desayuno es la comida más importante del día, pues es el que te proporciona el impulso necesario para arrancar. ¿Desayunas lo primero que encuentras mientras piensas en los pendientes del trabajo, o peor aún, mientras manejas? Elimina este hábito lo antes posible. El desayuno –y en general cualquier comida– debe tomarse con calma. Disfruta cada bocado.

4.    No planear tu día
“Ya saldrán los pendientes” o “al final todo se resuelve” son dos pensamientos que te perjudican más de lo que crees. Sí, las cosas saldrán bien al final del día, pero si no aprendes a organizarte, tu salud emocional podría verse seriamente afectada. Tómate 20 minutos al día para planear tus actividades, determinar cuánto tiempo te tomará completar cada una y ordenarlas por prioridad.

5.    Salir tarde de casa
Te despertaste tarde, no elegiste tu ropa el día anterior, perdiste tiempo respondiendo mensajes y saliste tarde de casa. Y, por supuesto, llevas horas atorado en el tránsito y tu estrés alcanza niveles insospechados (¡vaya manera de empezar el día!). ¿Por qué auto torturarte de esta forma si puedes salir temprano de casa, evitar todo el tráfico e instalarte en la oficina con toda la calma del mundo?

6.    Llegar tarde al trabajo
Todo se vuelve un círculo vicioso. Sales tarde, y entonces llegas tarde a la oficina. Empiezas tu día estresado, con mil pendientes encima y la horrible idea de que ese día te irás a casa después de tu hora de salida. El día automáticamente se ha vuelto más pesado. En serio, como dirían nuestras madres: ¿qué necesidad?

7.    Contestar los correos electrónicos
Llegas al trabajo, abres tu bandeja de correos y éstos comienzan a caer como una cascada interminable. Te dispones a revisarlos a primera hora del día, y a responder uno por uno… y en eso se te va media mañana. ¡Error! Deja los correos para más tarde: al llegar a la oficina, enfócate en planear tu día y resolver las tareas más importantes.

8.    Postergar las tareas más importantes
¿Ese pendiente que te da toda la pereza del mundo? Resuélvelo tan pronto llegues a la oficina y tu día se volverá mucho más ligero y fluirá como el agua. Postergar las tareas importantes es uno de los peores hábitos que podemos adquirir, así que ¡deshazte de él hoy mismo!

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