Estados Unidos se mantiene a la expectativa de saber quién será el próximo presidente del país, luego de unas elecciones en las que los expertos pronosticaban fuertes disputas —incluso legales— entre Donald Trump y Joe Biden por los votos de cada estado.
La situación ha provocado que mucha gente recuerde elecciones anteriores en las que el conteo de votos no fue suficiente para definir el resultado final y en las que otros organismos, como el Congreso y la Corte Suprema, tuvieron que intervenir para designar al ganador.
Una de estas elecciones presidenciales fue la de noviembre de 1876, celebradas durante el período conocido como la Reconstrucción y 11 años después del final de la Guerra Civil estadounidense.
Estos comicios fueron unos de las más polémicos en la historia de EE.UU., no solo por el conteo de votos, sino por sus consecuencias, que se sintieron hasta bien entrado el siglo XX.
Los candidatos fueron el demócrata Samuel Tilden, gobernador de Nueva York, y el republicano Rutherford Hayes, gobernador de Ohio.
El demócrata Tilden ganó el voto popular y llevaba la delantera en los votos electorales.
Pero quien se quedó con la presidencia fue Hayes, cuatro meses después de la votación y tras alcanzar un acuerdo con sus rivales que marcaría el destino del sur del país durante varios años.
¿Qué sucedió para que cambiara el rumbo del proceso?
Estados con dos ganadores
Cuando ya casi acababa el conteo de los votos, Tilden había ganado el voto popular y parecía haber ganado también los votos del Colegio Electoral..
El demócrata tenía 184 votos electorales, frente a los 165 votos que había reunido Hayes.
Pero había 20 votos adicionales de Florida, Luisiana, Carolina del Sur y Oregon en disputa y no quedaba claro qué candidato debía llevárselos.
Ambos partidos en Florida, Luisiana y Carolina del Sur habían declarado como ganadores a sus propios candidatos. Es decir, había dos ganadores en cada uno de esos estados.
¿Cómo era esto posible?
Boletas engañosas
En la época, cada partido imprimía sus propias boletas de votación. Debido al analfabetismo extendido en el siglo XIX, las agrupaciones incluían un elemento gráfico que permitiera identificarlas, además del nombre de sus candidatos.
Los demócratas eran representados en la boleta por su mascota, un gallo, mientras que los republicanos usaban la imagen del expresidente Abraham Lincoln.
Pero en 1876, en los estados de Luisiana, Florida y Carolina del Sur, los demócratas imprimieron papeletas con el nombre de Tilden junto al rostro de Lincoln.
Las autoridades estatales descalificaron los votos de estas papeletas demócratas debido a que resultaban engañosas.
«Hubo muchas irregularidades y corrupción en las elecciones. Había malas prácticas en ambos lados, pero especialmente por parte de los demócratas», le explica Alison LaCroix, profesora de la Universidad de Chicago y experta en historia legal de EE.UU., a BBC Mundo.
«Muchos (ex)esclavos tomaron boletas [demócratas] que tenían el símbolo republicano cuando lo más probable era que tuvieran la intención de votar por Hayes», agrega.